¿COMO LLEGÓ EL DOGO ARGENTINO A MI?

A penas tenia los 18 años recien cumplidos, comence a trabajar en una fabrica al mismo tiempo que estudiaba.
Sacandole 65 minutos a una hora habia un compañero que cada lunes siempre venia a mi máquina contandome batallas de sus cacerias de fin de semana, me hablababa de sus perros, me contaba historias de batallas ganadas y en muchos casos las mas,  batallas perdidas.
Siempre nombraba a un  perro blanco, no habia lunes que no viniera con una gran sonrisa orgulloso de el, me contaba como era el mas valiente, como se prendia en la brega, me hablaba de su valor, de su fiereza en el campo y su templanza en la casa.
Sin darme cuenta me enamore de ese perro, busqué informacion por todos los lados sobre el DOGO ARGENTINO! pasaron los dias, los meses, tuve claro cual iba a ser mi amigo fiel,
pero no todo fue bonito, ni todo tan sencillo,
encontre un perro que satisfacia todas mis inquietudes, pero era muy caro. La plata no me alcanzaba para el, todo quedaba truncado,
Me conforme con buscar un perro con valor parecido al dogo,  un dia de colegio, si no recuerdo mal fue un lunes muy lluvioso, encontre a 200 km de mi casa una perrita negra, villano de las encartaciones, sin pensarlo me escape y al anocher llegue a casa con aquel cachorrito, no abultaba mas que una caja de zapatos.
Cuando llegé, mi madre no sabia si matarme, hecharme de casa, o ponerse a dar de comer a la canija,
je je, menos mal se decidió por la última.
Ella tuvo la mala suerte de estar poco tiempo entre nosotros, aun hoy es el dia en el que la recuerdo. BELTZA.
Habia pasado un pequeño tiempo, mas yo no dejaba sin seguir leyendo relatos de dogos, poesias sobre el perro criollo,
sobran las explicaciones, entro en mi casa mi primer dogo, Tor, solo fue el comienzo, un duro comienzo,
mis perros se me iban, no lo entendia, pero nunca perdi la ilusion por la raza criolla,


La funcion no tiene principio ni fin,
jamás sube ni baja el telón,
no hay platea ni escenario,
todos somos público