
GLADIADOR BLANCO
jueves, 3 de febrero de 2011
domingo, 26 de septiembre de 2010
EL PERRO
El perro, ha sido siempre como la sombra del hombre. Allí, donde quiera que se establezca un principio de asentamiento humano, aparecerá el perro. Y si el hombre se mueve, se traslada, allá donde la necesidad o la aventura lo empujen, le acompañará su can, siempre fiel y animoso, infatigable...
Cuando aparece un hombre en cualquier latitud por adversa que fuera, surge un perro a su lado: sale inesperado de la llanura, de las atormentadas quebradas montañosas, del bosque o del desierto...
El perro, estaba allí esperando a que pasara un hombre...
Dame un pan, y yo te daré amo mío, toda mi lealtad.
Si sabes del dolor de la vida y tu corazón sangra silencioso, yo me acercare humildemente a ti, y como no sé hablar,
moveré mi cola y lameré tus manos extendidas al desaliento.
Vive seguro de tu heredad, de tu casa,
de tu rancho lejano de la montaña,
porque han de matarme primero antes de permitir que nadie coja lo tuyo.
Si otro amo como tú,
quisiera llevarme consigo,
no le obedeceré y si me violenta,
huiré de su lado y te buscare a través del mundo. Llévame contigo, de caza, a la mina, a la montaña,
a tu trabajo o a la guerra y pondré mis fuerzas,mi astucia, mi valor y mi vida, para servirte hasta el fin.
Cuando velo tu sueño en las noches calladas
y con mi oído en tierra advierto algo extraño,
aúllo largamente para prevenirte el mal.
Si me castigas, lameré tus manos.
Si me hieres, aullaré largamente del dolor antes de atacarte,
porque eres para mi más que un rey.
Y si mañana mueres tú en el desierto o en la guerra, lloraré a tu lado hasta morir también.
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